Después de otra noche mágica en el desierto, nos dirigimos a Rissani un enclave de gran relevancia en las antiguas rutas comerciales transaharianas y la capital económica de Marruecos desde el siglo VIII hasta el XIV. Allí, exploramos su bullicioso mercado tradicional, renombrado por su inusual estacionamiento de burros, que sigue siendo un medio de transporte esencial para comerciantes y lugareños. Cogeremos de nuevo el vehículo y nos adrentraremos en el majestuoso Valle de Daraa, uno de los más largos y fascinantes del país, desplegando la grandeza de la naturaleza en cada rincón y donde nos espera un paisaje extenso y pintoresco que se extiende como un lienzo natural en Marruecos, un verdadero Oasis. Hacemos una parada estratégica para admirar la majestuosidad de este valle, donde la naturaleza despliega toda su grandeza y la serenidad del entorno nos envuelve en un abrazo tranquilizador y finalmente llegaremos a Ouarzazate, una ciudad que parece surgir de las arenas del desierto como un oasis de calma y belleza. Ouarzazate, es el umbral del desierto y el Hollywood de Marruecos. Si tu espíritu cinéfilo lo desea, exploraremos juntos los famosos estudios de cine. Estudios Atlas. En esta ciudad, disfrutaremos de una cena exquisita y nos alojaremos en un Riad, un lugar que encarna la hospitalidad marroquí y nos ofrece un refugio tranquilo para descansar y recargar energías.